Vivir al día

Muchas de las personas que conozco viven al día. En el peor de los casos, además, viven endeudados: hipoteca, el crédito del coche, créditos personales, tarjetas… Parece que todo está perfectamente dispuesto para que así sea.



Cada mes gastan el 100% de su sueldo, y su gasto está tan milimétricamente ajustado que perder su fuente de ingresos supondría el desastre financiero: viven a dos sueldos de la bancarrota.



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Si cobran una paga extra o reciben un dinero que no esperaban automáticamente adaptan su nivel de gasto a los ingresos obtenidos. Si les ascienden en el trabajo de pronto se dan cuenta que necesitan un coche mejor.





Si por alguna circunstancia del destino, totalmente ajena a una buena gestión, su economía comienza a reflotar, sufren la repentina necesidad de endeudarse para comprar una casa más grande o segunda residencia.



No quieren ni oír hablar de bajar su nivel de vida, ni se plantean privarse de nada y ante cualquier crítica suelen responder con un “es que si me quito de esto ya… ¿qué me queda?” o alguna otra excusa igual de pobre. Se encuentran acomodadas a su situación actual, y no ven, o no quieren ver la realidad de su pésima situación.



Lo cierto es que en el momento en que adaptamos nuestros gastos a la totalidad de ingresos de que disponemos perdemos el control sobre nuestra economía. Pero peor aún es vivir por encima de nuestras posibilidades. Cuando nos endeudamos estamos pagando más por lo mismo, en muchos casos por cosas totalmente prescindibles e innecesarias, en otros la compra podría posponerse perfectamente a un momento más adecuado.



Para salir del agujero lo primero es dejar de cavar.


  • Deja de asociar cada “no compro” como algo negativo y transfórmalo en una elección positiva porque te acerca a tus objetivos.


  • Liquidar tus deudas probablemente es la mejor inversión que puedes hacer. Fíjate un plan para liquidar tus préstamos en el menor plazo posible. Comienza por aquellas por las que estés pagando un interés más elevado.

  • No me cansaré de decirlo, en muchos casos un consumismo compulsivo es producto de una visión distorsionada del valor de las cosas. Antes de gastar, calcula a cuantas horas de trabajo equivale.

  • Mucho cuidado con las compras poco meditadas. Endeudarte por encima de tus posibilidades puede suponer una acumulación de intereses difícil de liquidar o en el peor de los casos el embargo de tus bienes.

  • Si no puedes tenerlo ahora, espera el momento adecuado. ¿prefieres un caramelo ahora o dos después?


  • Buena cita parapensar en el día a día


“Si siempre haces lo que siempre has hecho, siempre conseguirás lo que siempre has conseguido” Haynes





Visto en Ahorro diario

1 comentarios:

Miguel nev dijo...

Sigo poniendo

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